Dependemos del aire, la luz, las sonrisas
Dependemos de besos de tornillo y caricias.
Dependemos de cosas, terrenales, sencillas
Dependemos de mentiras que nos salten las lentillas.
Dependemos de mujeres sin rostro, sin alma
Dependemos de historias que mueren al alba.
Dependemos de trágicos atardeceres
De tardes de Domingo, grises atardeceres.
Dependemos del teléfono rojo del tedio
De una carta con retraso, de adioses sin remedio.
Dependemos de tanto dolor compartido
Que morir sin sufrir seria un duro castigo.
Hoy yo reivindico el amor sin barreras
Reivindico el calor, los clubs de carretera.
Reivindico caricias con nombre y apellidos
Reivindico un "te quiero" sin temor a aullidos.
Reivindico que te quedes si me quieres de veras
Reivindico que mires mas allá de esta primavera.
Reivindico un sueño, el no querer morir solo,
Reivindico un beso tuyo, calor de uno solo.
Y que vuelvan tus miradas, que no me abandonen
Y pido a las demas, que si quieren, me perdonen.
Daniel Tauste
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